48 horas en París, Francia

Dos días puede parecer poco para París. Pero para quienes tengan la suerte de poder pasar 48 horas en la Ciudad de la Luz, hemos preparado un itinerario perfecto que incluye mucho más que las visitas obligadas a la Torre Eiffel y el Arco de Triunfo. Lugares como el Moulin Rouge, el mítico cabaret parisino, o panaderías y pastelerías que venden delicias como el croissant de pistacho: estos son los atractivos de París que no te puedes perder en una visita de dos días.

Día 1

Entrar en esta panadería-pastelería histórica de París, que también funciona como salón de té, es como viajar al pasado. Su deliciosa oferta de productos llama tanto la atención como el propio local, que data de 1850 y tiene el techo engalanado con vistosos azulejos y grandes lámparas de araña. Aquí podrás probar la baguette tradicional o saborear dulces como el éclair de chocolate, el croissant de pistacho o el Paris-Brest, a base de masa choux y crema de praliné.

En realidad, el museo está dividido en varios edificios e instituciones diferentes por toda Francia. Aquí, en la primera sede del museo, podrás ver esqueletos de tamaño real, fósiles, piedras preciosas y cristales naturales. Además, sus 7.000 ejemplares animales y la exposición interactiva de realidad virtual ofrecen una experiencia didáctica fabulosa para jóvenes exploradores.

El Louvre es una opción obvia pero imprescindible cuando se visita París. Este museo cuenta con algunas de las obras de arte más famosas de la historia y es el más visitado del mundo. Aquí puedes entretenerte durante horas, pero que no se te olvide comprobar si la Mona Lisa realmente te sigue con la mirada y admirar la Venus de Milo.

Este centro comercial subterráneo alberga la pirámide invertida creada por el artista Ieoh Ming Pei, que también es famosa por su aparición en El código Da Vinci. El centro reúne, además, una selección de marcas de alta gama, como Lacoste, Sandro y Printemps du Louvre.

El Jardin des Tuileries es un lugar de visita obligada y se encuentra a menos de diez minutos andando del Carrousel du Louvre. Este jardín público, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, es famoso por sus estatuas, sus fuentes, y sus flores y césped cuidados con esmero. Este es un lugar ideal para hacer una pausa, pues hay mucho sitio donde sentarse a descansar con vistas a la Place de la Concorde y el Arco de Triunfo. Si el tiempo lo permite, se puede aprovechar para hacer un pícnic aquí antes de ir a ver las obras impresionistas del Museo de la Orangerie, situado en uno de los laterales.

Las versiones contemporáneas de los clásicos franceses son el pan de cada día en el suntuoso restaurante Le Clarence. Los platos del menú degustación no se desvelan hasta que se sirven, así que solo tienes que relajarte, admirar la decoración antigua y dejar que los chefs decidan por ti.

El Caveau de la Huchette es un club subterráneo especializado en jazz de los años 20, que también ha acogido a muchas leyendas del blues entre sus paredes. Tú decides si te sientas a disfrutar del espectáculo o saltas a la pista de baile.

Día 2

Le Nemours es un restaurante elegante que suele estar lleno de gente local tomando café o disfrutando de un croque monsieur. Acércate al bar o a la terraza y pide un plato de salchichón o rillettes acompañado de una copa de un buen vino francés.

Con un paseo en barco podrás conocer más a fondo la historia de la capital francesa mientras navegas por el río Sena desde la Torre Eiffel. Pasarás por lugares emblemáticos como Notre-Dame y el Louvre, y desde la cubierta tendrás vistas panorámicas al perfil urbano de la ciudad.

Balades Sonores es una interesante tienda de vinilos repleta de discos, CD y casetes dedicados principalmente al pop y al rock franceses. De hecho, tiene tantas cosas que han abierto otra tienda justo al lado, en este caso dedicada al jazz, a la música internacional y a las bandas sonoras. Y si vas un jueves, es posible que te encuentres con un concierto de música acústica.

Su fantástica oferta de vinos franceses y platos clásicos reinventados te dejarán con la boca abierta. Las recomendaciones del personal siempre dan en el clavo, ¡así que no te compliques! Y no pierdas la ocasión de dar una vuelta por los jardines que hay detrás del local y echar un vistazo a las docenas de carteles artísticos del bar.

Este acogedor bistró es inconfundiblemente francés, hasta en los más pequeños detalles: Solo hay que fijarse en las fotos descoloridas y los manteles a cuadros blancos y rojos, además de una carta llena de platos clásicos. Pídete un bistec o un tartar de salmón y remata la experiencia con una mousse de chocolate con nueces de pecán.

A menos de 10 minutos del Au Virage Lepic, se encuentra el famoso Moulin Rouge. Este cabaret parisino, que ha entretenido al público desde 1889, sorprende con sus coreografías espectaculares y el vestuario suntuoso que lucen sus artistas. Reserva mesa para ver bien y echa un vistazo a la carta antes de que empiece el espectáculo.

##Cómo llegar

París está muy bien comunicado mediante los aeropuertos de Charles de Gaulle, Orly y Beauvais, y los trenes que conectan las estaciones centrales de la ciudad con toda Europa. Si llegas al aeropuerto, puedes coger un taxi, un autobús o el tren rápido.

Dónde alojarse

Hôtel Des Deux-Îles - Notre-Dame: un hotel con encanto a solo 10 minutos a pie de Le Caveau de la Huchette, en la hermosa Île Saint-Louis.

Hôtel des Arts Montmartre: un alojamiento con estilo a solo 6 minutos a pie del Moulin Rouge.

Sinner Paris: ofrece lujosas suites art déco y está situado en el mágico y céntrico distrito de Le Marais.

Qué escuchar

Prepárate para tu escapada a París con esta playlist de éxitos franceses.