5 albercas atractivas en las azoteas de Nueva York

En la ciudad que nunca duerme, las mejores vistas de la brillante metrópolis son desde arriba. Muchos de los mejores miradores de la ciudad de Nueva York también cuentan con albercas al aire libre. Sin duda, el mejor sitio para refrescarse y relajarse después de un vuelo en época de calor. Ve a cualquiera de estas albercas en azoteas y compruébalo en vivo y en directo.

El 1 Hotel Brooklyn Bridge es un hotel con conciencia ecológica y fachada futurista de cristal situado a orillas del río Este de Nueva York. A pocos pasos del Puente de Brooklyn, ofrece una de las vistas más codiciadas de la ciudad. La mejor perspectiva es desde el décimo piso... y desde la fina alberca que da al río, con los altísimos rascacielos de Manhattan al fondo. La panorámica desde el bar The Brooklyn Heights Social Club, situado junto a la alberca, es impresionante. Y más si la disfrutas con un cóctel de autor en una mano y un rollito de langosta en la otra. Y saluda a la Estatua de la Libertad, justo en la línea que dibuja el horizonte.

Entre las calles del Lower East Side, en tonos arena y con aires glamurosos, se encuentra el Sixty LES, un escondite con alberca en la azotea y mucho arte. En la planta superior hay una alberca pequeña de aguas azules que dejan entrever una imagen de Andy Warhol pintada en el fondo. La zona de la azotea está decorada con detalles metálicos, combinando con los modernos interiores del hotel. Puedes rentar una palapa junto a la alberca, un espacio tranquilo con área de bar, sistema de sonido y zona de refrescos bien surtida. Ideal para ir con amigos y amigas. Disfruta de una selección de platos del restaurante japonés del hotel, vive la noche al máximo y recupérate por la mañana en uno de los muchos camastros.

La esencia cool del The Williamsburg Hotel se respira en todos sus rincones. El hotel, obra de los mismos arquitectos del Soho House Berlin, es un alojamiento moderno con una elegancia innata. Y la alberca no es la excepción: una larga franja turquesa se extiende por la planta superior y está rodeada de camastros a rayas y plantas. Disfruta de una de las panorámicas más preciadas de Nueva York, de la majestuosa Manhattan y de la arquitectura típica del barrio de Williamsburg, donde el ladrillo rojo es protagonista. Después de darte un chapuzón, tómate algo en la terraza, en la cafetería de la azotea. Intenta quedarte hasta el atardecer y ve a la torre de agua del hotel, un curioso lugar donde bailar hasta altas horas de la noche.

El Royalton Park Avenue fue anteriormente el Gansevoort Park Rooftop. Aunque el nombre haya cambiado, la azotea sigue siendo un imán para los neoyorquinos enamorados de los sitios de moda. La alberca del Park Avenue está en el piso 20 del hotel. Lo que se encuentra ahí arriba es un verdadero oasis: una alberca de 12 metros rodeada de camastros junto a una pared cubierta de hiedra. La alberca es un lugar mágico por la noche, cuando las guirnaldas de luces que se entrecruzan en el cielo y las velas de las mesas se iluminan mientras el Empire State Building brilla al fondo. Estas vistas, la panorámica clásica del perfil de Nueva York, son aún más inolvidables cuando se combinan con los deliciosos cócteles que se sirven en el bar de la alberca.

Como era de esperar, en Brooklyn se encuentra una de las albercas más elegantes de Nueva York. El The William Vale es un recién llegado al barrio de Williamsburg y ofrece una visión del futuro. La alberca de este hotel sienta un nuevo precedente y cambia las reglas del juego en lo que a diseño se refiere: sus más de 18 metros de largo la convierten en la alberca de hotel más grande de la ciudad. La alberca, en una zona que combina tonos azules con grises claros, da al río Este y ofrece una vista majestuosa de Nueva York. Es un lugar acogedor para todo tipo de personas, familias incluidas, que seguro que aprecian el servicio de salvavidas. Pero el punto fuerte es el Westlight, el bar de la alberca. La especialidad de la casa son los cócteles de autor. Destacan el mai tai congelado y el margarita con pepino. Disfruta tomándote algo aquí, en el piso 22, y brinda por el panorama sin límites que se despliega ante tus ojos. Que no se te olvide comer, por supuesto. El restaurante del hotel ha sido galardonado y está especializado en platos italianos típicos de costa preparados con técnicas de cocción a la leña. El enfoque y la exclusividad que solo se pueden esperar de un hotel de Williamsburg.