De las delicias de pâtisserie a los platillos principales más ricos: estos son los platos que tienes que probar si vas a París.
Estos jugosos bocados tienen una textura suave y un ligero sabor terroso. Cada caparazón está relleno con una deliciosa combinación de ajo y mantequilla de perejil, que se derrite en el horno y se sirve caliente. Se marinan en esa riquísima salsa y suelen comerse como aperitivo directamente del caparazón. Se sirven con unas pinzas y un tenedor especiales.
Cortes gruesos de ternera tierna y marmoleada se cocen lentamente en un caldo a fuego lento, con una generosa ración de vino tinto de Borgoña. Guisado con un manojo de hierbas aromáticas y acompañado con zanahorias, tocino, papas, cebolla y ajo, este estofado está lleno de sabores y aromas ricos que te harán agua la boca. Para que sea verdaderamente auténtico, este plato debe estar hecho con tierna carne de vaca Charolais de la región de Borgoña.
Este dulce de masa de hojaldre y mantequilla recibe su nombre por su característica forma de media luna. Crujiente y dorada por fuera y suave por dentro, se come con todo tipo de rellenos dulces y salados: a veces con mantequilla y mermelada, jamón y queso derretido si prefieres algo más sustancial, o solo, para apreciar el sabor a mantequilla y la textura hojaldrada. Si te quedas con ganas de algo más, puedes probar el pain au chocolat, con su deliciosa masa a base de mantequilla y un corazón de chocolate amargo.
Si todavía no sabes lo que es el croque monsieur, imagínate esto: dos rebanadas de pan tostado y crujiente con deliciosas rebanadas de jamón jugoso y queso gruyer derretido. Esta delicia se reboza en huevo y se fríe en mantequilla, aunque también se puede servir bañada en salsa bechamel. Con un huevo frito encima se convierte en croque madame, y a la versión vegetariana se conoce como mademoiselle. Pruebes la opción que pruebes, lo que está claro es que es un platillo reconfortante y llenador.
Este platillo de carne cruda combina bistec de la mejor calidad con cebollas y alcaparras, aunque los ingredientes pueden variar. Después de picar la carne muy finamente, se sirve en el centro del plato con una yema de huevo cruda encima (la grasa del huevo complementa la carne magra a la perfección). También viene generalmente acompañada con frites (papas a la francesa) o ensalada, y aderezos y condimentos como salsa inglesa y mostaza. El toque final suele ser una guarnición de berros o un chorrito de aceite de oliva, y es muy importante mezclarlo todo (yema incluida) antes de dar el primer bocado.
Estos pequeños dulces parecidos al merengue pueden encontrarse, en filas muy ordenadas, en los mostradores de las pâtisseries. Las galletas, perfectamente redondas, suaves y ligeramente crujientes por fuera, esconden un relleno dulce que se deshace en la boca. Tradicionalmente era un dulce de almendra sencillo, hasta que La Maison Ladurée empezó a experimentar con la receta original y terminó inspirando el arcoíris de sabores que tanto nos gustan hoy en día.
Consejo local: Muchas pâtisseries te dejan elegir y mezclar los sabores y hasta te pueden vender uno solo para que pruebes.
Este postre con forma de rueda se preparó por primera vez en 1910 para conmemorar la carrera ciclista París-Brest-París. Se trata de una delicada corona de pasta choux cubierta de almendras tostadas y azúcar glas, que se corta por la mitad y se rellena con una deliciosa crema de praliné. Aunque pronto se convirtió en el postre favorito de ciclistas y aficionados, hoy en día va mucho más allá del deporte y se puede encontrar en casi cualquier pâtisserie.
Aunque son parecidas a los hotcakes las crepas suelen ser más grandes y finas, y el relleno puede ser una gran variedad de ingredientes distintos. Si te gusta el dulce, te gustarán las versiones con fresas y nata, con una buena capa de Nutella o simplemente con azúcar. Entre las recetas saladas destacan las que llevan marisco, carne, verduras y queso derretido.
Una mezcla de huevos batidos se vierte en un molde de masa y se hornea hasta que queda dorada y perfecta. Se le suelen añadir otros ingredientes como tocino, queso, cebolla, espinacas, tomate... Las posibilidades son casi infinitas. El resultado final es una porción generosa con un relleno suave y esponjoso que se puede comer tanto fría como caliente.
Saludable y abundante, este clásico provenzal es una deliciosa mezcla de calabaza, berenjena, tomate, pimiento rojo, cebolla y ajo. Los ingredientes se saltean primero por separado y se colocan luego por capas en una sartén grande con albahaca y un aderezo balsámico. Por lo general se sirve como guarnición, pero se puede comer como plato principal vegetariano acompañado de pasta, arroz o pan.
Bocados alargados de masa choux, cubiertos de glaseado de chocolate y rellenos de crema o natilla dulce. Normalmente se comen durante "le goȗter", una especie de merienda francesa que se toma todos los días sobre las 4 pm. Estos dulces se llaman éclair (“relámpago” en francés) porque se acaban en un abrir y cerrar de ojos.