Después de pasar tiempo en taxis, aeropuertos y aviones, no hay mejor manera de relajarte que darte un chapuzón o descansar al lado de tu propia alberca privada. Desde albercas para nadar en la habitación hasta pequeñas albercas románticas con vistas panorámicas desde tu ventana, hemos encontrado las mejores villas, hoteles y casas de campo con mágicas albercas privadas para ir en cuanto sea seguro hacerlo.
Templation Hotel es pura serenidad, ubicado entre una serie de jardines bordeados de palmeras en las afueras de Siem Riep. Cuenta con un spa de primera y varias villas con albercas privadas y jardines. Estas suites (y sus albercas privadas) están diseñadas enfatizando el entorno natural, revestidas con la más fina madera oscura y detalles en piedra gris. Disfruta del agua para quitarte el calor o para descansar después de un día recorriendo la antigua Siem Riep en bici. Acaba el día con la exclusiva envoltura corporal especiada del hotel, un tratamiento de bienestar muy popular entre los huéspedes.
El Cap Rocat, una antigua fortaleza militar en Mallorca, ofrece hoy un alojamiento de lujo en una ciudadela de tonos dorados y con aires de palacio. Tallado en el acantilado, el hotel cuenta con suites en forma de cueva en las que encontrarás una alberca infinita privada que se extiende por encima del espumoso mar. Con una estética bellísima, en este alojamiento sorprendentemente discreto te sentirás cerca de la naturaleza mallorquina y, además, disfrutarás de servicios de primera clase y de la oportunidad de cenar junto al acantilado o la alberca.
Si decides pasar unas vacaciones en la suite Deluxe del Hunter’s Country House, en la provincia del Cabo Occidental de Sudáfrica, descubrirás un mundo del que quizá nunca quieras irte (y la alberca privada hará que la despedida sea todavía más difícil). Dentro de estas cabañas con techo de paja hay grandes camas con dosel. La habitación familiar ofrece una alberca azul rodeada de camastros y de sillas de mimbre a rayas. En la suite Deluxe, te espera una pequeña alberca de color turquesa, una opción igualmente atractiva y lujosa. Después de pasar la tarde entre nadar tranquilamente y siestas al sol, ve al jardín iluminado con faroles y disfruta de una romántica cena gourmet. Y deja que el personal te aconseje con las bebidas: te ofrecerán algo especial o harán una mezcla exclusiva según tus gustos.
En la costa sur de Mykonos, el Mykonos Grand Hotel & Resort ofrece vistas ininterrumpidas del mar Egeo. El diseño del hotel sigue el estilo clásico de las islas Cícladas: edificios en forma de cubo, detalles en azul cielo y paredes blancas. Las habitaciones privadas junto a la alberca del hotel le dan un punto extra de lujo. Las suites Grand y Deluxe, auténticos oasis, tienen su propia alberca infinita. Sal a la terraza, bañada por el sol, sumérgete en el agua o contempla el mar y los acantilados de la playa de Agios Ioannis. Después de un rato nadando, disfruta de mariscos frescos junto a la alberca privada o visita el gimnasio del hotel.
Saint Tropez sabe muy bien qué es el lujo, y es que es un destino que atrae desde siempre a celebridades. Además, es famosa por sus puertos deportivos, repletos de yates, y sus infinitas y lujosísimas boutiques. Y el hotel Muse muestra ese glamour tan propio de la Costa Azul de una manera discreta. Situado entre las colinas de Saint Tropez, es un lugar paradisíaco para pasar unas vacaciones relajantes en la alberca privada. Tanto en la suite Elegance como en la de lujo (algo más grande), una alcoba color crema da paso a un jardín, donde encontrarás tu propia alberca. Salta de la cama al agua, no sin antes disfrutar de un desayuno junto a la alberca, en el jardín, con muebles hechos a medida.