Antaño, las eras eran espacios abiertos donde se trillaba la cosecha, la labor de separar el trigo de la paja, en una de esas eras está ell Kubo, un pajar donde se almacenaba esa cosecha. Hoy en el Kubo, hemos separado de nuevo lo mejor de él de lo superfluo, esperamos que os guste y os anime a descubrir el precioso valle de Olba que lo acoge, nuestro valle perdido, muy cercano y tan desconocido para muchos. La casa tiene dos plantas, una con salón, cocina y baño, y la otra con 2 dormitorios, con una decoración muy cuidada, y otro baño completo. Ideal para parejas o una familia a los que les gusta el disfrutar de un entorno rural con una decoración rústica, pensada para que la estancia también sea una experiencia añadida a lo que el valle de Olba y toda la zona de Teruel os ofrece para vuestro disfrute. Rosa os recibirá con los brazos abiertos dispuesta a ayudaros a resolver cualquier duda que os pueda surgir.

Soy Rosa, después de vivir en el Valle de Olba (Teruel) durante 12 años, volví a Barcelona mi ciudad natal, por 2 años poco más. Encontraba a faltar el contacto con la naturaleza y mi maravilloso valle. Sobre todo echaba de menos su naturaleza, su paisaje, el clima, la fauna, las noches, los días soleados y los lluviosos, todo. Y ahora, desde el Kubo, me gustaría que otras personas descubran esta zona tan especial, tan cerca de ciudades importantes y tan desconocida por la mayoría. El Valle de Olba es un valle dibujado de verdes tonalidades, salpicado de barrios serpenteantes con personalidad propia, a los que les gusta jugar al escondite. Regados estos por el río Mijares, sinuoso, que le aporta vida y frescor y protege su particular microclima.

En el valle de Olba existen actualmente pequeños barrios diseminados, cada uno es cada cual, diferente y entrañable. El Kubo se encuentra en el pequeño y pintoresco barrio llamado La Tosca. Su nombre se debe a la piedra que tanto abunda en estos lares: la piedra caliza, la piedra tosca. El barrio se halla situado a pie de la carretera de Olba, por la que llegaremos sin posibilidad de pérdida. El Kubo se sitúa entre la carretera y el río, el enclave es ideal porque a un minuto a pie ya estamos en la orilla del Mijares y podemos darnos un refrescante chapuzón o simplemente observar el paso de sus incansables aguas. Nos encontraremos enseguida con restos del puente romano, o el acueducto morisco, restos arquitectónicos, vestigios de épocas en las que sus gentes ya apreciaban el valor de este inusual paisaje salvaje y clima mediterráneo en pleno Teruel. Así pues, podrás hacer altos en tus paseos para ese refrescante chapuzón o simplemente parar, sentir, respirar, contemplar.